REYKJAVIC
Son vísperas de navidad. En el segundo hotel más importante de Reykjavik aparece asesinado el portero en el sótano con una cuchillada en el corazón. La imagen es de lo más truculenta: el viejo Gulli yace desnudo y con un condón puesto. El inspector Erlendur es el encargado de investigar el crimen y, como viene siendo habitual en él, avanza en la pesquisa a base de una racional indagación y una instintiva irracionalidad. Pronto se evidencia que la decisión de Erlendur de alojarse en el hotel para buscar al asesino es una buena excusa para intentar olvidar al fantasma que le acompaña desde que era un niño, el recuerdo de su hermano desaparecido entre las nieblas durante una tormenta de nieve.
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